Al igual que en muchos otros conceptos administrativos, la Filosofía Empresarial puede tener muchas definiciones, desde los conceptos románticos e idealistas hasta los mas prácticos y superficiales. Pero nos vamos a concentrar en la importancia de contar con todos los elementos que la integran con la finalidad de establecer claramente la dirección que debe de tomar la organización, sea pública o privada, destacando la trascendencia que debe entender quien tenga contacto con esta documentación y entender su rol dentro de la misma, así como el contexto en el cual se derivaran las interacciones con su medio ambiente.
Bajo el argumento anterior podemos desprender que todos nosotros, como personas individuales, nos movemos y actuamos bajo una filosofía propia, formada por una parte, de los valores adquiridos en el hogar por influencia de las relaciones familiares, y por la otro lado, se complementa con los valores adquiridos fuera de ese nucleo. En ese sentido, si basamos nuestro actuar en una filosofía de valores moralmente éticos, podremos decir, que nuestro comportamiento será bueno para la sociedad.
Lo mismo pasa para las empresas, si basamos nuestra filosofía en valores y somos congruentes con ellos, como directivos, y al mismo tiempo que logramos que todos los miembros de nuestra organización los vivan con compromiso, podremos decir que contamos con una filosofía empresarial activa, cuya diferencia de la pasiva, desde mi punto de vista, implica que no solo es de papel, creada para cumplir un requisito que marcan las practicas de administración, si no la congruencia ante los accionistas, ante los clientes, ante los proveedores, autoridades y cualquier otra entidad o persona que interacciones con la organización.
La filosofía empresarial está integrada primeramente por la Misión de la empresa, que no es más que su razón de ser, lo que justifica su existencia, y que deberá de contener información, al menos, de su giro, productos, clientes, recursos humanos, su papel social y económico.
La Visión, que representara una imagen de lo que se espera de la organización en el futuro, que puede tener una caducidad, que sirva de guía para todos sus miembros, que contribuya a la fijación de objetivos, etc. En su redacción esta debe de ser clara, indicar una dirección, flexible, que pueda ser alcanzada, deseable y fácil de comunicar a todos los miembros.
Las Políticas, que se integran por lineamientos generales que servirán para guiar los esfuerzos de los miembros de la organización, tomar decisiones en circunstancias especificas y que de acuerdo a su impacto en la organización pueden ser estratégicas, tácticas u operativas y cuya principal característica es la flexibilidad.
Por último, los Valores, que si bien son la base de la redacción de todos los elementos anteriores, estos deberán de presentarse individualmente, representando los principios prioritarios por lo cual se basara la operación de la organización, por los cuales se regirán las relaciones entre sus miembros y externos.
Lic. Carlo Serna
The Council, Business Advisors
http://www.the-council.com.mx/